¡Qué raro es todo hoy!...
(de Juana Martí,
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Hoy todo el mundo se está volviendo loco. Mamá, como la llaman ellos, ha metido un pájaro en el horno, ¡pobre animal!, espero que no hagan eso conmigo. Pero eso no es todo, el grandullón ha puesto un árbol en el pasillo adornado de bolitas, creo que para que no tenga que cruzar la calle para mear fuera ¡con el frío que hace! Mientras, los más pequeños de la casa limpian sus zapatos (creo que los van a dejar debajo de mi árbol). Yo me dirijo al árbol, a probarlo antes de que los dejen, pero en cuanto levanto la pata se oye: ¿qué haces?, es el grandullón que me grita, ¡eso no es para ti! ¿Cómo que no? ¿para quién entonces?, pienso. Que raro es todo hoy... Yo una vez destrocé un zapato y lo enterré en el jardín. Todos se volvieron locos buscándolo, pero ahora es como si hubieran desaparecido mil zapatos. Hablando de zapatos... tengo ganas de morder, voy a ver si el grandullón ha dejado su zapatilla debajo de la cama. A ver... sí, ¡aquí está! ¡A morder! Espera... estas zapatillas son de color calabaza, son iguales que las de mamá ¿por qué será? Tienen la misma forma pero no son iguales... ¿será que son hermanastras? Qué raro es todo hoy, no me canso de decirlo. Me voy abajo a ver qué hace el grandullón, bajo las escaleras lentamente, desde arriba del todo parece que sea una de esas fincas grandes ¿cómo era?... Ah sí, un rascacielos. Él está mirando al cuadrado que se ilumina, dentro se ve a una chica haciendo el tonto. De repente me viene un olor peculiar, es mamá que ha sacado el pájaro del horno, mientras los chiquitines ponen la mesa. ¡Din dong! Llaman a la puerta, será mejor que vaya a saludar y mover el rabo como siempre hago, es lo que se espera de mí, pero ¡qué locura!, ¡cuánta gente!, ¡aquí está medio mundo!, ¡qué raro es todo hoy!
Nuestro mayor deseo es que la felicidad inunde sus días en estas fechas y en el año venidero.
Con mucho cariño...
¡¡¡FELICES FIESTAS!!!
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